En las bulliciosas calles de la ciudad de Nueva York, Eleanor Mills, la exitosa CEO de una empresa multinacional, camina con confianza entre la multitud apresurada.
A unas cuadras de distancia, en un pequeño estudio de arte, Jacob Turner, un artista atormentado, trabaja apasionadamente en su última obra maestra.
Eleanor Mills
(Al ver la obra de arte de Jacob en una ventana de exhibición) Ugh, esta ciudad se está llenando de artistas pretenciosos.
Jacob Turner
(Al notar el traje de diseñador de Eleanor) Y aquí viene otro robot corporativo, incapaz de apreciar la verdadera creatividad.
Eleanor Mills
Por favor, el arte no paga las cuentas. Es un lujo para personas como tú.
Jacob Turner
¡El dinero no lo es todo! El arte tiene el poder de inspirar y desafiar el statu quo.
Eleanor Mills
(Mirando divertida) ¿Esa es tu excusa para estar quebrado?
Jacob Turner
(Poniéndose a la defensiva) No se trata de dinero, se trata de pasión. Algo que ustedes, los corporativos, no entenderían.
Eleanor Mills
(Sonriendo con suficiencia) La pasión no paga las facturas, cariño.
Jacob Turner
Bueno, tal vez si dejaras de valorar las ganancias por encima de la creatividad, esta ciudad no sería tan desalmada.
Eleanor Mills
(Rodando los ojos) Como si unas cuantas pinturas pudieran cambiar el mundo.
Jacob Turner
(Con convicción) El arte tiene el poder de cambiar corazones y mentes, de conectar a las personas a un nivel más profundo.
Eleanor Mills
(Burlonamente) Bueno, buena suerte cambiando el mundo con tu pincel.
Jacob Turner
(Decidido) Lo haré, a mi manera. Y tal vez tú aprendas que hay más en la vida que solo los negocios.
Eleanor Mills
(Sarcásticamente) Estaré esperando ese día, Sr. Artista Hambriento.
Su debate alcanza un punto crítico mientras se separan, dejando una tensión persistente entre ellos en el aire.